Entrada 4: Los amigos? Mmmm... Déjame explicarme
Ahora sí, te voy a contar un poco de mí y que es tanto alboroto.
Mi familia, como ves, la amo con trapitos y todo. Haya pasado lo que haya pasado entre nosotros, nunca nos hemos separado. Yas les contaré un poco sobre una pequeña fábula que nos ayuda a permanecer unidos ante todo.
Mis amigos? Bueno. Primero tengo que decirte que en mi castillo lo tenía todo, absolutamente todo. Era mi paraíso, yo, desde ya te cuento, que yo jamás fui buen estudiante, nunca. Yo fui a muchos colegios pero no estudié en ninguno. Vergonzoso.
A lo que voy. Hubo una circunstancia especial que me marcó desde la temprana infancia e hizo, supongo, de alguna manera, que yo, extrovertido, feliz y lleno de energía y alegría, me convirtiera en todo lo contrario. Pero, no quiero adelantarte nada. Vamos a hablar de los amigos.
Como te decía, vivía en un castillo, mi padre era el rey, mi madre la reina y hasta había princesa en el segundo piso, jajajaja. Mi hermana.
El colegio para mí siempre representó una pesadilla, toda la vida fui un desadaptado del sistema de educación tradicional. Siempre he insistido en que la educación, como la relación con Dios deben ser de tú a tú. Pero bueno, tema de otro costal.
Tuve grandes amigos, unos mejores, otros peores, digamos que, mmmm, fui blanco de burlas en el colegio y eso hacia que fuera muy retraído.
Conservo a algunos de mis amigos de aquella época pero lo de amigos nunca fué mi fuerte. Mis amigos y en quienes yo ahogaba mis penas y dolores eran mis perros.
Amigos? Muchos y muy buenos que Dios me ha dado para que me acompañen y sean testigos de un verdadero milagro, en mí, en tí, en todos.