Entrada 9: Mira la luz
Que se siente? Bueno ante todo, como te decía un pequeño niño de esa edad en medio de su pureza no sabe lo que está pasando aunque intuye que algo está mal.
Es sólo con el paso del tiempo que las cosas se ponen peores, no sé por qué, la verdad, en mi caso fue así.
Mi oscuridad y mi infierno son personales, interiores, de óptica. Como te dije, llevaba puestas las gafas negras.
Mi vida ha sido hermosa siempre, desde mi infancia. Te lo conté, rodeado desde siempre por gente extraordinaria que sólo me ha dado lo mejor.
Una secretaria de mi padre, gran mujer, decía que yo era el tipo más de buenas del mundo y si. Jajaja. Así es.
Pero por dentro había algo que me carcomía como ácido y me hundía cada vez más.
Debo traer nuevamente a un pequeño contexto histórico a mi padre. De quien te dije sólo tengo lo mejor para él y gracias a él.
Mi padre era un hombre de profunda oración y crecimiento espiritual, excepcional, con un carácter imponente, era un león.
Sentía una necesidad inmensa de llegar a mucha gente también con un mensaje de Dios. Era una labor 24\7 que llevaba al interior de la familia.
Yo empezaba mi pubertad y sólo oía que me hablaban de Dios y la pureza. Mi pureza? Cuál pureza?
Yo sentía que era impuro. Lleno de vergüenza, aunque sólo lo supiera yo. Dios está en todas partes, recuerdas?
Comencé a sentirme hijo indigno de Dios, un bastardo por decirlo alguna manera, y a partir de ese momento inicié mí batalla en contra de quien yo consideraba desde lo más profundo de mi ser era el culpable de todas mis desgracias, Dios.
Todo lo que me dijeras de Dios me producía ira, si, oyes bien, ira.
Dios era el culpable de todo, yo no podía contarle a nadie lo que me había pasado, era mi vergüenza, sólo Dios lo sabía, y lo permitió.
Te diré que ese odio se volvió cada vez más visceral en la medida en que entraba a mi adolescencia y me hablaban cada vez más de Dios y la necesidad de que yo como hijo suyo lo ame.........
Perdón?
Es decir, éste señor, culpable de todo lo malo que me pasa lo tengo que amar porque si no me va a llevar al infierno? Es decir...... Más?
Para mí era enfermizo, incomprensible. Me separé de Dios, le declaré la guerra.
Hasta ahí todo bien. Qué pasó realmente? Qué vino después?
Mi vida seguía y yo con ella. Mi odio era mío y sólo mío. O al menos eso creía yo.
Comenzó a salir de mis poros y contra quien primero la emprendí fue mi papá, me enfrenté radicalmente contra su persona y todo lo que predicara. Te cuento con pesar que nuestra relación fue distante y difícil. Tuve la oportunidad de pedirle perdón y nos perdonamos.
Mi padre era un pulpo dentro de la sociedad antioqueña de ese entonces, lo conocían en todos lados. Te pregunto, para ir resumiendo porque el oxígeno aquí abajo es poco, qué esperas del hijo de un gran señor? Pues eso, que sea un buen hijo digno representante de ese apellido. Supongo yo.
Yo no era eso, yo era un cafre, yo me enfrenté a mi padre y a Dios en primer lugar y al dios que veía a través del mi padre desde muy joven. Le llevaba la contraria en todo. No quise volver a estudiar, hacia todo por llevarle la contraria, era insoportable.
Qué hice yo? Me di cuenta de que la situación era insostenible y busqué digamos un "Ramiro alternativo", adaptable a lo que los demás esperan de él y todo bien. Entonces encontré las máscaras, muchas máscaras perfectas para esconder mi miseria. Tenía unas bellísimas.
Mis mejores amigos en Bogotá y algunos familiares de mi esposa me recuerdan como un gran cuenta chistes, horas enteras sin repetir y de memoria, las mujeres como el más galán y detallista, los hermanos, como el que está siempre listo pa las que sea.......
Máscaras. Sólo las conocía yo. Ni Dios porque El ya estaba fuera del panorama, recuerdas? o eso creía yo.
Mantener esas máscaras no es fácil y terminan a veces por confundirse, entrelazarse, y produce una angustia terrible que se sale de tu control. Terminas viviendo para evitar que se te caigan esas máscaras, dentro de un mundo de mentiras, excusas, excesos, de todo. Yo lo viví, por eso estoy aquí.
No voy a darte detalles de lo que pasó en mi vida en el trascurrir de misma por decirlo de alguna manera porque si bien pasé por cosas horribles como una gran sequía económica, varios intentos de suicidio, y de verdad un sin fin de eventos tristes (bajo mi óptica) mi vida no sólo trascurría normal como la de cualquiera sino que de verdad aquello que decía nuestra buena secretaria tenía razón. Ramiro es el más de buenas del mundo. Sólo pasaban cosas maravillosas en lo exterior pero como yo estaba cargado de odio hacia mi mismo partiendo de ahí, no podía ver sino amargura y demás. No veía con objetividad, epa.
Pero por qué?
Vámonos, salgamos de aquí con la certeza de haber encontrado en esta inmersión lo que más nos afecta a ti y a mí en lo cotidiano. Las máscaras. Te traes alguna? Yo tengo muchas que he coleccionado a través de estos 58 años.